Un equipo de científicos
franceses ha identificado el conjunto de señales moleculares que conectan el
intestino y el cerebro y generan la sensación de saciedad que hace que paremos
de comer, y han comprobado que los alimentos con proteínas son una pieza clave
del mecanismo. Los resultados de esta investigación se publican en la revista
Cell.
Durante la digestión, los
alimentos se transforman en sustancias más sencillas para ser absorbidas y se
da el proceso de gluconeogénesis, es decir, la formación de glucosa, ‘la
gasolina’ de las células. “Esta es captada por receptores de glucosa de la vena
porta, cerca del intestino, que envían una señal al cerebro que hace que la
sensación de hambre desaparezca”, explican los autores de este trabajo, del que
se hace eco la agencia SINC. Tras una comida rica en proteínas, las moléculas
derivadas de su digestión se liberan al torrente sanguíneo e inhiben los
receptores mu opioides que están en las paredes de la vena porta.
Así es cómo se genera la
saciedad tras una dieta proteica, rica en carne roja y blanca, pescado, huevos
y algunos vegetales. “Hasta ahora se desconocía que los receptores mu opioides
(MORs) del sistema nervioso del intestino y la vena porta eran quienes
regulaban la sensación de hambre”, señala Gilles Mithieux, investigadora de la
Universidad de Lyon y coautora del trabajo. Los investigadores esperan que su
trabajo sirva para mejorar el tratamiento de la obesidad en un futuro no muy
lejano.
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